El algoritmo no miente (pero tú sí le mientes al algoritmo)
Descripción de la publicación.
Dr. Data
11/13/20253 min read
Ahí estaba yo, sentado frente a un dashboard que parecía el tablero de una nave espacial descontrolada. Cada línea, cada número, cada clic decía algo distinto. Y allí estaba Juan, mi cliente, rascándose la cabeza como si el problema fuera un virus que podía exterminar con el pensamiento positivo. Cambiaba el CTA de su landing cada semana, “solo un pequeño ajuste”, decía. Sí, Juan, pequeño, como mover un termostato en medio de un volcán en erupción.
El algoritmo no miente. Nunca. Jamás. Lo que pasa es que nosotros, los humanos, somos expertos en mentirle a la realidad disfrazada de datos. Creemos que nuestra intuición vale más que la evidencia, que un “me gusta” en LinkedIn es un KPI digno de mención. No lo es. Te lo digo yo: si quieres que tus decisiones tengan peso, tienes que escuchar a los números. Y no solo mirarlos; escucharlos. Como un médico escucha un corazón antes de recetar un antibiótico.
Los datos hablan y nadie escucha
Recuerdo un A/B test que hice hace unos meses. La landing de un cliente tenía dos versiones: versión A, conservadora y limpia; versión B, audaz y con copy atrevido. Resultado: la versión que parecía “arriesgada” duplicó conversiones. Todos pensaban que había sido suerte, que los usuarios eran raros. Yo lo vi claro: los datos hablaban, la intuición no. Pero nadie quería escuchar. Prefirieron culpar al “mercado” y no al hecho de que simplemente estaban haciendo las cosas mal.
Y ahí está el problema: la gente quiere resultados inmediatos y simples. “Haz esto y crecerás”, dicen los gurús de marketing. No. Crecer implica medir, probar, equivocarse y aprender. Y sí, los datos te van a humillar si no los respetas. Ese es el toque cruel, pero necesario.
El microdato que salva vidas… y negocios
Los microdatos son los héroes olvidados. Esa métrica que ignoras porque parece irrelevante puede estar gritando lo que arruina tu estrategia. Por ejemplo, un cliente tenía un abandono masivo en la segunda pantalla de su funnel. Nadie le prestó atención. Todos estaban pendientes del CTR global. Resultado: semanas de esfuerzos perdidos y presupuesto quemado. Cuando finalmente revisamos el microdato, el problema era un botón escondido en móviles. Invisible. Nadie lo veía. Nadie lo consideraba importante.
Aquí la lección es brutal y clara: lo que ignoras mata resultados. Los macroindicadores solo cuentan la historia que quieres escuchar; los microdatos cuentan la historia real. Y si quieres tener éxito en marketing digital, growth o producto, tu trabajo es escuchar con atención quirúrgica a esos números pequeños.
Mentirle al algoritmo: un deporte popular
Ahora, hablemos de cómo mentimos al algoritmo. Porque lo hacemos. Todos. Es un deporte olímpico, y la medalla de oro se la lleva quien ignora los datos mientras dice que confía en ellos.
Cambiar CTAs sin probarlos: “Se ve mejor, seguro vende más”. No vende más.
Ignorar segmentación: “Todos son mi audiencia”. No, no lo son.
Creer que un diseño bonito reemplaza estrategia: “Si lo veo bonito, la gente también lo verá bonito”. Mentira.
El algoritmo es un niño honesto. No miente, no se deja convencer por tu ego ni por tu pasión. Solo refleja la realidad. Si te va mal, es culpa tuya, no de la tecnología. Y eso duele, porque admitir que los errores son humanos y no de la máquina no es divertido.
Cómo escuchar al algoritmo sin volverse loco
Ahora que ya sabes que tus mentiras son inútiles, ¿qué hacer? Aquí viene Dr. Data con su toque obsesivo y brutalmente honesto:
Define KPIs claros y específicos. Olvida el “quiero más engagement”. Define clics, conversiones y métricas concretas.
Segmenta como si tu vida dependiera de ello. Porque, de algún modo, depende. No todos los usuarios son iguales; deja de tratarlos como un rebaño.
Prueba, falla rápido, aprende y repite. Nada sustituye la experimentación. Y cuando falles, toma nota, no excusas.
Automatiza reportes. Sí, deja que los dashboards hablen por ti. Configura alertas. Si algo se rompe, lo sabrás antes de que tu jefe se entere.
Confía en los microdatos. Ese pequeño detalle que nadie ve puede ser la diferencia entre una campaña mediocre y un éxito explosivo.
Si haces estas cosas, el algoritmo dejará de ser tu enemigo y empezará a ser tu aliado. Te lo prometo: es como domar a un dragón que solo quiere que lo entiendas.
Al final del día, la verdad es sencilla: el algoritmo no miente. Tú sí. Mentirle a la evidencia con tu intuición, ego o pereza es lo que arruina estrategias. Así que, deja de buscar excusas y empieza a escuchar. No te garantizo glamour ni historias épicas para Instagram, pero sí resultados que importan.
Dr. Data
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